¡¡Ohaiyou!!

Si has llegado hasta aquí, ¡algo es algo! Te doy la bienvenida a mi blog y que espero que te guste la estancia en el tren que lleva al surrealismo y a la curiosidad extrema ^^
Abróchense los cinturones y, ya que han decidido subir, ¡no esperen el fin del trayecto para consultar, reir y comentar!

miércoles, 23 de octubre de 2013

Recordando recordé que estoy agotada

Sólo intento olvidar... Vacuidad... Pero no lo consigo.

Es increíble que haya pasado ya un mes (Y éste viernes hará un mes y una semana) desde aquél día.

A veces cuando ocurren problemas graves o situaciones muy desagradables te das cuenta que intentas forjar un caparazón que oculte lo que realmente sientes en el fondo.
Sin embargo es increíble lo frágil que resulta el caparazón cuando alguien te hace llegar al límite.

Realmente es como los bivalvos que ocultan una valiosa perla en su interior.

El otro día, cuando estaba a punto de irme a dormir, se abrió mi caparazón interior y recordé. Y mis recuerdos forjaron las lágrimas que llegaron después.

Recordé por qué es tan fácil llegar a mi límite, por qué, cuando me picaron de aquella forma, acabé sintiéndome humillada y llorando como una magdalena... y, de hecho, si lo recuerdo todavía me siento fatal.

Y es que los traumas infantiles parece mentira, pero pueden perdurar años y años hasta provocar una auto-defensa personal, unos recuerdos tan profundamente ocultos que, cuando te das cuenta, cuesta asimilar que realmente actúas así por aquello que viviste en su momento.

Porque aquello marcó una tendencia, una forma de actuar... parte de mi vida y de mi.

Realmente no recuerdo cómo empezó todo, pero sé que yo era muy pequeña y la historia duró hasta que me mudé de casa con 14 o 15 años (incluso después de mudarme alguna vez intentaron seguirme la pista, pero al final conseguí librarme de tod@s ell@s).

Cuando era muy pequeña mi vecina y yo nos odiábamos.
Cada vez que salía al balcón a... no sé... jugar por mi cuenta, o tender, o... sinceramente, no lo recuerdo... ella siempre estaba fuera en su terraza y aprovechaba para insultarme, meterse conmigo hasta la saciedad junto con otr@s a gritos...
Mi madre siempre que oía los gritos me hacía volver a entrar en casa, cerrar el balcón y pasar, ignorarlos.

Sin embargo llegó un día en el que, no sé cómo, las cosas cambiaron y nos hicimos "amigas".
Tiempo más tarde (o años, no lo sé, tengo un poco borrosa aquella época de mi vida) descubrí que era una interesada que me robaba a veces juguetes y delante de mi iba de amiga, pero por la espalda y/o de formas indirectas (en las que no había pruebas físicas, pero era más que evidente) se seguía metiendo conmigo, humillándome constantemente junto los demás vecinos, o gastándome bromas pesadas, o gritando a escondidas en el patio de luces... en fin.
A todos éstos ataques mis padres siempre me hacían: ocultarme en casa, o no contestarles, o ignorarles... pero nunca, en ningún caso, me enseñaron a defenderme.

Sinceramente, fue todo un "re-descubrimiento" que algo aparentemente insignificante haya provocado que, a raíz de ésto, cualquier ataque hacia mi de forma insistente me lo haga pasar mal, no sepa defenderme, etc.

Quién sabe cómo sería yo si hubiera "despertado" o si se me hubiera encendido la luz en aquél entonces contraatacando. 

Pero ahora me queda lo más duro: Aceptar el trauma y superarlo...
 Dicen que el primer paso es reconocerlo, pero anda que no me ha costado lo mío...

Hoy también se rompió mi caparazón e hizo darme cuenta que, por mucho que quieras ocultar o poner una tirita sobre una herida profunda, hasta que no venga un doctor y te ayude a curarla, la herida no se cura sola.
Y otra cosa de la que me he dado cuenta: Por mucho que quieras cambiar tu forma de enfocar las cosas, si eres de una forma, ya puedes intentar hacer trucos que, al final, tu carácter acaba resurgiendo.

Hoy, hablando con TheBoss sobre trabajo, comentando todos los problemas en el trabajo que hay, la actitud tan horrible que está teniendo a nivel laboral Ergzu, etc. De repente, TheBoss me pidió que ayudara con la situación complicada que se está viviendo con Ergzu y cuando me pidió que le justificara por qué motivo no podía ayudar, me vine abajo:

- Porque he tenido problemas personales con él y aunque intente separar, con ésto no puedo
- Porque no le puedo ni mirar a la cara
- Etc etc

TheBoss no sabía nada del tema y cuando se ha enterado que llevo un mes así pensó que había enloquecido para permitir algo así... Un poco loca debo estar para aguantar así... Pero no voy a ser yo la que vaya a hablar con ellos si ellos la cagaron hasta el fondo!

Conclusión: Al final he acabado hablando de todo con él, llorando de nuevo como una magdalena... y parece ser que tomará cartas en el asunto... Yo, ahora mismo, con éste tema me siento bastante agotada por hoy...

...Seguiré informando (ahora tengo sueño y me voy a dormir :-P) ...


2 comentarios:

  1. Justo cuando te iba a escribir en modo privado, me he metido por aquí.
    De verdad, lo que has hecho, ese autoconocimiento es alto tan importante, que te va a ayudar para el resto de tu vida. Eres una campeona. :)


    Y llorar, mientras no sea en plan patologico, es algo muy bueno, no te preocupes, rebaja la tensión.

    (Hola, Cristal-terapia modo on, jajaja).

    Espero que estés mejor.

    Un súper beso!

    Cristalita.

    ResponderEliminar
  2. Hola guapísima! :)
    Me alegra saber de ti! Espero que tu estés bien! Yo aquí sigo, entre catarros e historias, a ver si consigo ponerme bien de una vez! T_T
    Aún sigo con el auto-conocimiento... supongo que poco a poco voy descubriéndome a mí misma, algo que nunca me había parado a hacer... ains!

    Lo de llorar, es que soy una llorona, otro ains...
    Pero me gusta lo de Cristal-terapia! Mola! :D
    Un súper beso!!

    ResponderEliminar